Todos los seres humanos experimentamos ansiedad, rabia, malestar, inconformidad y otras emociones negativas, las cuales, en ocasiones, no sabemos manejar de una manera adecuada.
¿Les ha pasado alguna vez que están haciendo una fila en el banco y una persona se intenta pasar, y esto les genera rabia, ansiedad y malestar, pero no son capaces de decirle nada?, ¿Han tenido que acceder a salir de su casa con sus amigos aun cuando no querían hacerlo para que ellos no se molesten? ¿Han estado trabajando incansablemente y les han aumentado las responsabilidades, pero no son capaces de pedirle un aumento de sueldo a su jefe o unas vacaciones?
Muchas veces para evitar que los demás se disgusten actuamos de forma pasiva, dejando que decidan por nosotros, perdiendo así, el respeto propio. O, por el contrario, actuamos de manera agresiva, ya que no sabemos comunicar aquello que realmente sentimos y queremos, lo cual trae consigo consecuencias negativas.
Pues existe otra manera de reaccionar y es de manera asertiva, cosa que suena muy fácil, pero que en la práctica, resulta más difícil de lo que creemos. Lo importante es que nada es imposible y la buena noticia es que se puede aprender, pues no se trata de lo que digan, sino de cómo lo digan.
Phillips (1978), psicólogo y profesor de la Universidad George Washington, definió la asertividad como: “El grado en que una persona se puede comunicar con los otros de manera que pueda satisfacer sus propios derechos, necesidades, u obligaciones hasta un grado razonable sin afectar los derechos, necesidades, u obligaciones similares de la otra persona, y comparta estos derechos con los demás en un intercambio libre y abierto”.
La asertividad consiste entonces en la manera en cómo nos comunicamos, defendiendo nuestros derechos, realizando sugerencias de una forma honesta y sin agresión y expresando nuestras opiniones, emociones, pensamientos y decisiones libremente, respetando siempre a los demás, pero principalmente nuestras propias necesidades.
Las personas no asertivas, o quienes carecen de habilidades sociales, generalmente son aquellas que justifican su actuar y se disculpan constantemente, pues no son capaces de expresar sus opiniones, emociones y pensamientos y no defienden sus derechos, por lo cual se dejan dominar y manipular por los demás, lo que genera baja confianza en sí mismo, causando así, ansiedad y/o depresión.
Por el contrario, las personas asertivas son competentes a nivel social, pues logran comunicar aquello que sienten y necesitan, sin miedo a los demás, ya que lo hacen de una manera en donde no se pierde el respeto hacia ambas partes. Así mismo, suelen ser personas que poseen alto nivel de autocontrol emocional, por lo cual consolidan una buena autoestima y un buen autoconcepto.
A continuación, les presento unos cuantos tips, que para mí son esenciales para la comunicación asertiva:
- Lo primero a tener en cuenta es que todas las personas gozan de los mismos derechos y, por ende, nadie es mejor que el otro. Si no se quieren a ustedes mismos, nadie más lo hará y, por lo tanto, no los respetarán. Más autoconfianza y autoestima y menos victimización sin razón.
- Identifiquen cuáles son sus metas y objetivos y trabajen por y para ello, no esperen que los demás las satisfagan o adivinen qué es lo que quieren y pidan ayuda si así lo requieren.
- Las demás personas no tienen la habilidad de leer la mente, por lo cual: el novio de María, no tiene porqué adivinar que ella desea ir a comer hoy a su restaurante favorito ni su madre tiene ni la menor idea de que ha peleado con su mejor amiga y no desea que la molesten.
- El derecho a decir “no” es igual al derecho que tienen de estar vivos. Nadie los obliga a decir lo contrario. No se sientan mal diciéndole a un amigo que hoy prefieren quedarse en su casa ya que no les apetece salir y eviten inventar excusas falsas que al fin y al cabo terminan saliendo a la luz.
- Las frases en primera persona son mejores que las afirmaciones y mejor aún si van acompañadas de una explicación. Así, es mejor decirles a sus hijos: “yo creo que es mejor que no salgan debido a la inseguridad” a decirles, “no salen porque no y punto”. Igualmente es mejor decir: “yo creo que eso no es así”, o “me parece que estás equivocado” a decir un simple y afirmativo, “estás equivocado”. ¿Notan la diferencia?
- Hablen sobre sus emociones abiertamente, es la única forma de evitar que futuros inconvenientes se repitan. Dejen de lado el mito de que expresar emociones es para débiles y comiencen a hacerse más fuertes haciéndolo, pues de esta manera los demás empatizarán con ustedes y serán más receptivos.
- Aprendan a escuchar. Fácil decirlo, difícil aplicarlo. La empatía juega un papel fundamental en este punto, pues hay que tener en cuenta que ustedes no son los únicos que piensan o sienten, los demás también lo hacen y debido a la diversidad, tienen derecho de hacerlo de manera distinta. Importante escucharlos y respetarlos para que también lo hagan con ustedes.
- Aprender a pedir perdón. Aun no existe la primera persona que jamás se haya equivocado, tienen derecho a hacerlo y más importante aún, tienen derecho a pedir disculpas, lo cual los hace más grandes y mejores personas.
- El lenguaje no verbal es crucial: la mirada, la postura, la expresión facial y los gestos, harán asertiva o no la transmisión de un mensaje.
La asertividad no les va a solucionar todos los problemas que poseen diariamente, pero sí les abrirá un camino en donde podrán aumentar su autoestima, mejorar su bienestar emocional, construir relaciones saludables y, por ende, alejar las tóxicas, establecer prioridades y tomar decisiones por ustedes mismos sin dejarse manipular por los demás. Pueden decir tantas cosas, aun cuando sean negativas, desde una perspectiva positiva, sin herir a los demás y respetándose a sí mismos. Ser asertivos los hará más y mejores humanos.
Recuerden que las palabras pueden herir o sanar, ustedes deciden.
Nosotros sabemos si nuestras palabras sanan o hieren, palabras ASERTIVAS y VERDADERAS ❤
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