Un domingo

Domingo. Los domingos para mi, siempre han sido difíciles y, no conforme con eso, la vida me quita a mi papá un domingo. Un domingo se fue una de las personas que más he amado en mi vida. Un domingo se me vino el mundo abajo. Un domingo me llené de rabia, de tristeza, de dolor, de incertidumbre. Han pasado 13 domingos. En todos he llorado, he querido encerrarme en una burbuja y no afrontar la realidad. He querido huir, he querido escapar, he querido desaparecer. Pero un domingo como hoy, la realidad toca mi puerta y me dice: ¡tienes 28 semanas de embarazo!

28 semanas de embarazo. Ya estoy en el tercer trimestre. Les confieso que la ansiedad en este punto se ha exacerbado. Pues ahora sí ya se puede decir que estoy en la recta final y el tiempo se me pasa lento y yo quiero que pase rápido.

Pero no puedo dejar que la ansiedad anticipatoria me gane. No le puedo permitir que me domine. No la puedo dejar entrar y dañar la ilusión que he tenido durante todo mi embarazo. En casi 3 meses seré mamá y voy a seguir aprovechando cada segundo de esta transición.

Me di cuenta que me hacía falta compartir con otras personas. Me hacía falta hablar (cosa que disfruto muchísimo), sonreír, disfrutar y que es algo que quiero hacer, poco a poco a mi ritmo. Me duele tener que compartir mi proceso por fotos. Me duele que mis amigas y familia no puedan verme la barriga (que aumenta exponencialmente) y hablarle a Luca. Y la verdad es que ya estoy cansada de que todo duela…

La pandemia me alejó de muchos, pero también me acercó a otros. Cuando mi papá se fue, me encerré tanto física como emocionalmente, pues no me sentía preparada para salir y enfrentar al mundo.

Hoy, no les niego que me cuesta acceder a una invitación, pero que hago el esfuerzo por decir sí (con todas las medidas de bioseguridad) y por disfrutar con aquellas personas que se han tomado el trabajo de demostrarme que aún existen motivos para sonreír, que comparten mi felicidad de ser mamá, que se alegran por mi, que me siguen demostrando que aquí están y que el amor todo lo puede.

Personas que han respetado mi espacio pero que también me han ayudado a salir de mi encierro, pues mi duelo no es únicamente por mi papá, mi duelo venía desde antes por todo lo que la pandemia me hizo perder y saber que tengo personas a mi alrededor que están dispuestas a elaborar el duelo junto a mi, no tiene precio.

Así que un domingo como hoy decido no dejarme llevar por mi imaginario sino por mi realidad. Un domingo como hoy decido soltar la tristeza, pero retomar la ilusión. Un domingo como hoy decido no sufrir. Un domingo como hoy elijo agradecer por lo que aún me queda y lo que está por llegar. Un domingo como hoy elijo los colores pasteles sobre el negro. Un domingo como hoy, elijo el sí por encima del no, porque quiero y no porque nadie lo espera o me lo imponga. No sé que pasará mañana, pero esto es lo que deseo hoy y espero ustedes, también lo puedan desear.